Muchas personas manifiestan una inhabilidad para controlar sus conductas o emociones, actuando de forma impulsiva, en sentido estricto, actúan rápido e irreflexivo, atento a las ganancias presentes, sin prestar atención a las consecuencias a mediano y largo plazo.
También se presentan situaciones de rebeldía, incapacidad de respetar las normas o agresividad hacia los otros, manifestando conductas que pueden ser dañinas para el mismo o para las personas cercanas. Se presenta como un patrón repetitivo y persistente conductual donde las normas no son acatadas y manifiestan conductas antisociales.
Usualmente se observa este tipo de dificultades con niños o adolescentes, sin embargo, también se puede observar en adultos. Sin importar la edad, es importante hablar con algún profesional que pueda evaluar la situación y pueda guiar a la familia y al paciente hacia una relación de armonía.
Es importante destacar que la conducta no es un reflejo de la personalidad real de la persona, es más bien un síntoma de tensiones intrapsíquicas cuya salida es a través de estos mecanismos y el propósito de la terapia es canalizar estos conflictos y crear nuevos mecanismos para expresar cualquier emoción de una manera sana.
Si se está preguntando cuál es el mejor tratamiento para usted, contamos con un equipo de profesionales certificados que pueden evaluar y guiarlo hacia la terapia que más le puede ayudar.
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